lunes, 7 de enero de 2013

Duele

Despertarse a media noche.


No por las pesadillas, ni los malos sueños, sino porque abro los ojos con esas sensación de extrañarte, de buscarte en el lado vacío de mi cama, de encontrar algo a que aferrarme y sentirme plenamente seguro, simplemente con las ganas de abrir los ojos y encontrarte a ti.

Eso es el amor, no son recuerdos, ni quereres, son deseos.

Son cosas con las que nuestro nuestro corazón sueña constantemente, es lo que nuestra alma nos pide a gritos enmudecidos por los ronquidos, es lo que realmente queremos en nuestro mundo, es lo que nuestros sueños nos dicen.

Me debo conformar con tocarte en mis sueños, con desvestirte hasta el alma lentamente entre mis noches, para luego, enfrentarme no a un torbellino de acontecimientos y que todo se transforme en una pesadilla, sino a la cruda realidad de despertarme y decir con esa tristeza matutina:

Fues solo otro sueño.


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