Camino lentamente por una calle pintada de magenta.
Enciendo un cigarrillo y al exhalar el humo, este sale verde.
Noto sobre mi hombros como llueve lenta pero pesadamente.
Continuo mi travesía hasta sentirme empapado, hasta encontrarme agotado.
Recapitulo mis pasos y se me hace extraño encontrarme tan solo, tan humanamente solo.
De momento me siento en un cafe, ordeno un capuchino y leo mi cuaderno de notas.
dibujo a una señora que esta sentada en la mesa del lado, escribo en una partitura rápida y de malos trazos lo que escucho a mi alrededor.
saboreo mi pedido y solo reconozco un sabor metálico, un sabor rojo, un sabor a humano.
Dejo el pago en la mesa, me introduzco en la ciudad y enciendo otro cigarrillo, de nuevo.
El humo esta vez es rojo, sonrío y camino por un callejón oscuro y nuevo para mi rutina.
Veo un sombra vestida con un azul hermoso, es un vestido llamativo, atractivo.
Me acerco, no porque quiera, mas bien porque me queda de camino.
Sigo sin poder distinguirla, solo detallo su cintura, sus senos y algo de su pelo, las piernas que el vestido no cubre y en su mano, veo la luz de un cigarrillo negro, a lo mejor con sabor a vainilla o canela.
La reconozco o a lo mejor no, paso a su lado y siento su aroma, siento como me invade.
Siento como regreso a todos esos lugares donde ame la vida.
Esos sitios donde fui feliz con un acido en las venas, con la yerba en la cabeza, con una sonrisa plasmada en el alma.
Viajo a cada uno de esos rincones de mi ser donde me sentí netamente puro.
Me regreso a cada uno de esos instantes, donde incluso sin las drogas tenia la certeza de estar en paz.
Me regreso para verla y noto que ella me segué los pasos, la mirada, me sigue el destino.
Me acerco a una distancia prudente, extiendo la mano por cortesía y la siento.
Siento su apretón, siento como me conecto, como estoy ligado a ella y de repente, siento como me lleva a ella.
Siento como me abraza de la nada, como me hundo en su aroma.
Siento sus pechos contra el mío, su cintura demasiado cerca y sus brazos colgando de mi cuello.
¡vaya! disfruto de un solo abrazo, con olor a cigarro, a vida, a recuerdos, con aroma a ella.
Calma, ella se aleja, me suelta la mano y me sujeta el pecho.
Embobado, perdido, no respondo, tan solo sonrío.
Desgarra mis prendas, desgarra mi pecho y arranca mi corazón sin esfuerzo alguno, sin motivo alguno.
Bañada en sangre acerca su mano a su boca, muerde mis ventrículos, me desconecta de mi motor.
Sigue masticando y yo siento como se apaga mi cuerpo, como me siento pesado y desganado.
la veo saborear cada mordisco que realiza, se chupa los dedos, se limpia mi sangre, sonríe.
Se marcha, dejando mi cuerpo en el piso y mi rostro con una sonrisa; sigo siendo suyo.
cuando la pierdo de vista, suelto un grito en silencio.
Me despierto en la cama, sudando y agarrandome el pecho.
pensando en la belleza de mi asesina, recordando y buscando su aroma.
me despierto y no puedo volver a dormir, sintiendo que en verdad me ha quitado algo.
algo que quiero de vuelta, algo que me gustaría darle por convicción propia.
Algo que a fin de cuentas ya es de ella, pero que quiero en verdad, regalárselo.
BlueBird
Pesadilla #1